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Las exportaciones, en la agenda de prioridades

  • Saturniska
  • 31 may 2018
  • 2 Min. de lectura

El proceso productivo es una cadena de integración global en la que los insumos se fabrican en distintas latitudes para combinarse en múltiples etapas hasta configurar el artículo final. En este esquema, las importaciones adoptan un rol clave en el agregado de valor industrial, ya sea con destino local o exportador. Por eso, el foco de la agenda empresaria debe estar puesto en cómo aprovechar las oportunidades que plantea un escenario de crecimiento de la demanda global, en el marco de una economía local en proceso de normalización y más integrada al mundo. Después de resolver los problemas más acuciantes durante el primer año de la nueva gestión, el Gobierno parece estar abocado a consolidar la normalización de la macro y administrar las tensiones derivadas del proceso de reformas. Una de esas tensiones fue la reciente corrida cambiaria que, como corolario, mejoró el tipo de cambio y generó una mejor ecuación para las ventas externas y un incremento en el costo de las importaciones. En el plano estructural, y dejando el valor del dólar a un lado, las autoridades están trabajando con el objetivo de aumentar los niveles de competitividad de la economía para potenciar las exportaciones. El sendero define una vocación clara basada en elementos como la apertura comercial y el establecimiento de marcos regulatorios que mejoren el clima de negocios. Esta política tiene como objetivo el compromiso de incorporarnos a las cadenas globales de valor, tras una década de aislamiento. Con el propósito de mejorar la inserción externa, se han puesto en marcha un conjunto de medidas, como la creación de la Ventanilla Única de Comercio Exterior, eliminación/reducción de las retenciones agrarias y el incremento de los reintegros a las exportaciones. Otras iniciativas apuntan a mejorar la competitividad de la economía con mejoras en la infraestructura y la logística para optimizar la estructura de costos. Mientras tanto, la eliminación del cepo cambiario, junto al establecimiento de un nuevo sistema integrado de monitoreo de importaciones en reemplazo de las DJAI, ha llevado a una normalización de las cantidades importadas que, de todos modos, no se ubican en rangos históricos alarmantes. El país debe aprender a convivir con niveles de importación bastante más altos que en los últimos años, especialmente si desea crecer a un ritmo sostenido.

Fuente: La Nación

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